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jueves | 25 abril | 2024
Los coruñeses alérgicos al polen se enfrentarán a una primavera leve tras las precipitaciones caídas entre otoño e invierno en la cornisa cantábrica y los recuentos de gramíneas durante la recién estrenada estación. La recopilación de estos datos, junto con otros factores como la humedad y la temperatura, ha hecho que Sanidade augure un nivel bajo de incidencia.
Para llegar a esta conclusión la Xerencia de Xestión Integrada de A Coruña entabló una colaboración con el Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla La Mancha para recoger un número de gramíneas que está por debajo de los 4.000 granos por metro cúbico. Cuentan desde el Chuac que en esto también influye el hecho de que en otoño se registraran precipitaciones medias de 197 milímetros y que el invierno se caracterizara por ser seco con 150 milímetros y una distribución oficial.
Por otra parte, la Agencia Estatal de Meteorología apunta que lloverá ligeramente en los próximos meses, lo que dará una media por debajo de la del conjunto de España con temperaturas más altas en la mitad oriental.
En este sentido, desde el centro hospitalario contemplan la inmunoterapia o vacunación antialérgica como una herramienta terapéutica de primer orden en el manejo de los pacientes con alergia, siendo el único tratamiento que puede modificar su evolución natural.
Y es que la patología alérgica dificulta en muchos aspectos la vida diaria de los afectados y conlleva un alto coste socioeconómico. El caso de los que tienen como enemigo al polen presenta complicaciones añadidas a la hora de conocer la época de síntomas, las molestias que presentan y los medicamentos ya que la mayoría no lo recuerdan y solo unos pocos lo apuntan.
En la ciudad, las enfermedades alérgicas son cada vez más frecuentes. El jefe de servicio de Alergología del Chuac, Antonio Parra, advertía que el número de alérgicos aumenta igual que se incrementan las tipologías a las que se tiene alergia.
Por eso si hace décadas eran una enfermedad poco frecuente, la del polen puede afectar hasta el 40% de la población. Pese a que hay más granos en el ámbito rural, es en las urbes donde más incide esta patología. Parra explicaba que en este punto tiene que ver el exceso de higiene y el uso de antibióticos que colocan a la sociedad viviendo en una burbuja.
Por el contrario, la gente que convive con animales en el campo se acostumbra también a cohabitar con gérmenes buenos y malos. Se hace inmune. Además, la contaminación afecta de igual forma a las plantas, que reaccionan fabricando nuevas proteínas, denominadas de estrés, que tienen un efecto directo sobre la alergenicidad de los granos de polen.
