“A mi abuelo le sirvió para cerrar heridas porque quedó tocadísimo de la guerra”

“A mi abuelo le sirvió para cerrar heridas porque quedó tocadísimo de la guerra”
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En una casilla de camineros se escribió el destino de su abuelo y, de alguna forma, el suyo también. Hoy, la periodista Carmen Delia saca a ventilar las memorias de César Díaz en forma de novela de ficción para pedir de paso que ese punto, donde se salvaron vidas y otras se perdieron, sirva de homenaje.

¿Qué contó su abuelo?
Tenía 21 años y estuvo en varios frentes. Era un hombre sin estudios, pero dejó por escrito en los años 70 todo lo que se fue acordando. Sus memorias son la base de mi novela, pero no quise hacer un relato bélico sin más.

Detrás de la historia, habrá mucha documentación.
Comprobé los datos en la hemeroteca de la época. Me resultó fácil porque la Biblioteca Nacional lo ha digitalizado todo. Cuando estalló el conflicto, mi abuelo se hizo cabo de sanidad militar y estuvo en Guadarrama con los republicanos hasta que les ordenaron a las tropas que se fueran a su casa y esperaran órdenes. Aunque la guerra la estudiamos por fases, en realidad, no estaba tan estructurada y el caos era tremendo. En el caso de mi abuelo, sus jefes sabían que les iban a asaltar y se dejaron así que los licenciaron y mi abuelo trató de alcanzar Galicia.

¿Fue hasta Guadarrama?
Sí y vi los restos de fortines y trincheras, de hospitales tuberculosos y la casilla de Camineros, que le pone título al libro, donde estaban los funcionarios que se ocupaban del buen funcionamiento de las carreteras. Esta casilla se utilizó en la guerra como puesto de socorro entre el bando republicano y el nacional. Allí murió mucha gente. Creo que sería justo rehabilitarla. En facebook, a través del usuario casilla guadarrama, trato de llamar la atención sobre el tema y buscar a la novia de un tío abuelo para que me confirme más datos. La investigación sigue abierta.

¿Cómo acabó el periplo de su abuelo?
La historia es más larga porque después se pasó al otro bando, cruzó las líneas sin darse cuenta y lo detuvieron. Lo condenaron a pena de muerte en Valladolid, pero curiosamente se salvó por haber atendido a uno de esos altos cargos en la casilla. Así que volvió a Madrid junto a un hermano suyo que estaba enfermo.

Además de ellos, ¿a quién más saca a bailar en el libro?
En la historia hay amor y misterio a través de una protagonista que investiga las memorias, pero que no tiene nada que ver conmigo.

Es raro encontrarse a alguien que escribió lo vivido. La mayoría han optado por callar.
Sí, sellaron un pacto de silencio. Sin embargo, a mi abuelo le sirvió para cerrar heridas porque quedó tocadísimo de la guerra. Es una pena que no se hable porque creo que es importante para las generaciones posteriores.

“A mi abuelo le sirvió para cerrar heridas porque quedó tocadísimo de la guerra”

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