“Han muerto en acto de servicio y tratando de ayudar a otro ciudadano”

“Han sido un ejemplo de heroicidad en esta tierra gallega”. Con estas palabras, el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, ensalzaba la labor de los tres policías nacionales engullidos por el mar cuando trataban de rescatar del agua a un universitario eslovaco que disfrutaba de una beca Erasmus en la ciudad. Ulloa, acompañado por el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, se desplazó hasta el centro de operaciones que se instaló en la coraza del Orzán para seguir de cerca las labores de rescate, y mostrar su apoyo a las familias de Javier López López, el agente cuyo cuerpo fue rescatado sin vida a primera hora de la mañana, así como de los dos policías que, a última hora de ayer, continuaban desaparecidos, Rodrigo Maseda y José Antonio Villamor Vázquez.

El dolor se trasladó por la tarde al cuartel de Lonzas, donde quedó instalada la capilla ardiente de López

Para Ulloa, el hecho de que los tres miembros del cuerpo de seguridad se lanzasen al agua, de madrugada y con unas pésimas condiciones en el mar, “es un buen ejemplo que se puede transmitir a la sociedad”, con el que se demuestra “que la policía no solo está comprometida con los derechos y libertades, sino que está comprometida a dar su vida por los ciudadanos”.

El secretario de Estado de Seguridad explicó que fue Javier López López, de 38 años, el primero en introducirse en el agua “con la clara intención de salvar al ciudadano que se encontraba apurado en la pleamar”. Nacido en A Fonsagrada, casado y vecino de O Castrillón, había ingresado en el cuerpo en 2005. La misma mala suerte corrió su compañero Rodrigo Maseda, de 35 años. Natural de Burela y miembro de la Policía Nacional desde hace doce años, patrullaba la zona de paisano con el difunto, y tampoco pudo escapar del oleaje. Al rescate ambos acudió un tercer agente, José Antonio Villamor Vázquez, perteneciente a una patrulla Zeta, de 34 años y residente en Friol, Lugo, que no pudo regresar de nuevo a la orilla.

El secretario de Estado de Seguridad, que se refirió a lo ocurrio como “una tragedia”, quiso mostrar su agradecimiento a la familia de los tres policías: “Sus hijos, sus hermanos, han sido ejemplares, han muerto en acto de servicio”. Igual de afectado, Ignacio Cosidó señaló que la de ayer fue una jornada “enormemente triste para el Cuerpo Nacional de Policía”, y elogió la decisión adoptada por los agentes: “Estos funcionarios son el mejor ejemplo de una vocación de servicio que no conoce límites, y que llevaron hasta las últimas consecuencias”.

Consternación > Numerosos policías se acercaron hasta el Paseo Marítimo durante todo el día para mostrar su apoyo a las familias del fallecido y de los dos desaparecidos. “El valor de esta gente está demostrada”, destacó el jefe superior de la Policía en Galicia, Luis García Mañá, que recalcó “la profesionalidad” de los tres agentes al arriesgar su vida “por alguien desconocido”.

“A veces trabajamos más con el corazón que con la cabeza”, confesó el vicepresidente del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Leandro Díaz, que aseguró que el Cuerpo Nacional de Policía ya había hecho este tipo de operación “hace tres o cuatro años”. “Hemos salvados vidas y en esta ocasión no pudo ser; el mar estaba mal, el frío del agua era intenso y la hipotermia entra rápido”, relató Díaz, que cree que la “obligación moral de toda persona es salvar una vida”, sea en las condiciones que sea. “Son unos héroes”, añadió. “Nuestra obligación es trabajar para los ciudadanos, y nos da mucha rabia cuando los partidos políticos juegan con nosotros”, se quejó el vicepresidente del SUP, que insiste en que los agentes “se tiraron al mar y nadie les pidió el carné político”.

Funeral > A las siete de la tarde de ayer se instaló la capilla ardiente por Javier López López en el cuartel de Lonzas. Cerrada al público salvo para familia y autoridades, por las instalaciones se pasaron el ministro de Interior, Jorge Fernández; la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el delegado del Gobierno, Samuel Juárez.

Hoy, a las once de la mañana, se celebrará un funeral por la víctima en la capilla del cuartel. Está previsto que el entierro del facellido se celebre en A Fonsagrada, su lugar de nacimiento.