Reportaje | Preocupación en las viviendas estudiantiles por los intentos de allanamiento

La comunidad universitaria de Compostela lleva tiempo denunciando en redes sociales los múltiples intentos de robo que se han producido en los pisos compartidos de la Zona Nueva
Reportaje | Preocupación en las viviendas estudiantiles por los intentos de allanamiento
Pisos en la Zona Nueva de Santiago | ELADIO GONZÁLEZ LOIS

En las últimas semanas, los pisos de estudiantes de la capital gallega han vivido varios intentos de allanamiento.


Los inquilinos, en su gran mayoría alumnos de la USC, denuncian en redes sociales y en sus círculos personales la inseguridad que sienten.


Más allá de quejarse y tramitar una acción legal, la comunidad universitaria piensa que tiene mucho más efecto compartir su testimonio de manera que pueda servir de advertencia para otras personas en su situación.


Es lo que considera Rubén, alumno del grado en Psicología. Hace menos de un mes, este universitario tuvo que lidiar con un asaltante que intentó forzar la cerradura de su casa para colarse dentro.


Concretamente, este hecho tuvo lugar en la céntrica calle de Fernando III cuando, a las 02.30 horas de la madrugada, una persona hizo sonar el timbre.


Como no esperaban visita, los convivientes ignoraron la llamada. Sin embargo, la tensión comenzó a aumentar cuando escucharon movimientos dentro del edificio. Primero en las escaleras, y después en su propio pasillo.


Los pasos fueron sucedidos por un breve silencio que, poco después, interrumpió el sonido de un utensilio metálico intentando abrir la puerta.


Sin tener claro que hacer, la víctima comenzó a gritar para ahuyentar al presunto allanador que, por suerte, se marchó.


Algo similar sucedió hace un par de semanas en otra vivienda de la avenida de Lugo, también en el centro.
Según relata la protagonista, la mascota del piso, un perro “que nunca ladraba”, se puso muy nervioso de repente. Comenzó a aullar en tono de alerta justo al lado de la puerta.


Ante esta actitud inusual por parte del animal, la inquilina decidió abrir sin pensar y, para su sorpresa, había un hombre forcejeando con el pestillo.


Como en el caso de calle Fernando III, los gritos permitieron espantar al visitante no deseado. 


Inquietud por la frecuencia


Estos dos casos no son, ni mucho menos, los únicos que han tenido lugar las últimas semanas en la ciudad de Compostela. 


El afectado principal de una de estas historias relata cómo le había sucedido prácticamente lo mismo a sus compañeras un día que él no se encontraba el piso.


"Estamos moi asustados", declara. Incide en la importancia de advertir de lo repetidos que están siendo estos intentos de allanamiento.


Señala también que es muy complicado tomar medidas legales "porque non chegou a pasar nada".

 
Sin embargo, insiste en que es necesario avisar de que estas cosas están sucediendo con mucha frecuencia, por mucho "que pareza que nunca che vai tocar"

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