Lo que alrededor de las 17.00 horas se declaraba como un incendio forestal en la parroquia arteixana de Suevos, similar a otros tantos, según transcurría la tarde iba adquiriendo particularidades que lo alejaban de un ordinario fuego en un monte.
Las redes sociales comenzaban a saturarse de fotografías realizadas con teléfonos móviles desde innumerables puntos de la comarca en las que se mostraba una columna de humo de dimensiones considerables.
Una segunda llamada a la Consellería de Medio Rural dejaba constancia de que la Xunta había tenido que duplicar los medios para atajar las llamas. Así, sobre las 20.00 horas en las inmediaciones del parque forestal de Monticaño estaban desplegados dos técnicos, siete agentes, diez brigadas, nueve motobombas, una pala, dos aviones y cinco helicópteros que, además del fuego, se encontraron con otro enemigo como fue el viento.
El incendio, el segundo registrado en el núcleo arteixán en el plazo de tres días, aunque arrasó más de veinte hectareas de terreno (una extensión similar a otros tantos campos de fútbol de Riazor), no supuso un riesgo para los vecinos, ni tampoco para las viviendas. El departamento que dirige José González no llegó a declarar el nivel dos de alerta por cercanía a núcleos habitados.
No obstante, ante el cariz que llegó a adoptar la incidencia los bomberos de Arteixo, que están en huelga, se mostraron dispuestos a colaborar.