Un nigeriano acusado de secuestrar a su hija se enfrenta a cuatro años de prisión

Un nigeriano acusado de secuestrar a su hija se enfrenta a cuatro años de prisión
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El ciudadano nigeriano O.I. se  enfrenta a la petición de cuatro años de prisión e inhabilitación para el ejercicio del derecho de patria potestad por un período de ocho años como presunto autor de un delito de sustracción de menores del tipo agravado debido al traslado al extranjero de su hija. Los hechos que se le atribuyen y por los que será juzgado el próximo día 24 de abril en Ferrol ocurrieron en julio de 2013, cuando se llevó a la menor a Nigeria sin consentimiento de la madre y la dejó allí, regresando él solo a España.
Según consta en el escrito de la acusación particular, ejercida por la madre de la pequeña, bajo la dirección letrada del abogado ferrolano Juan Pablo Barros Rodríguez, los padres de la niña mantuvieron una relación fruto de la cual nació ella en febrero de 2004.
La progenitora llegó a España en una patera con la pequeña cuando esta solo contaba tres meses de edad y poco tiempo después se asentaron en el municipio de Fene.
El 14 de marzo de 2013 se dictó por un juzgado de Primera Instancia de Ferrol una sentencia por la que se atribuía la guarda y custodia de la menor a la madre, mientras que para el padre, como progenitor no custodio, se fijaba un régimen de visitas consistente en fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones. En todos los casos la entrega y recogida debería efectuarse en el punto de encuentro A Carón.
El 22 de junio de ese mismo años, el acusado recogió a su hija con la obligación de devolverla el 1 de agosto. Días después viajó a Nigeria junto con otro hijo y durante ese tiempo la menor quedó al cuidado de su actual pareja.
El 8 de julio, y sin notificación de ningún tipo al juzgado o a la madre, O.I. se llevó a la niña a Nigeria y, por lo tanto, no la reintegró a la progenitora el 1 de agosto como estaba establecido. Él regresó solo a España el 18 de agosto, dejando a su hija en Nigeria en compañía de unos familiares y de una persona que la vigilaba, en una vivienda en la que se estaba levantando un muro que la rodeaba.
La pequeña, pese a tener la nacionalidad nigeriana, desconocía totalmente el idioma y la cultura de dicho país del que la habían sacado al poco tiempo de nacer.
El 30 de agosto, tras un sinfín de gestiones en las que tuvo la ayuda de la Policía Local de Fene y la Policía Nacional, la madre localizó finalmente a la pequeña en la localidad de Benin City, en Nigeria, y permaneció con ella escondida en distintos hoteles mientras se tramitaba la documentación para poder regresar con la menor a España, cosa que finalmente consiguió el 3 de septiembre de 2013.
La madre tenía la sospecha de que el padre había trasladado a la pequeña, que entonces tenía nueve años, a Nigeria con la supuesta intención de venderla para fines sexuales.

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