Mentes con ganas de “facer cousas”

Mentes con ganas de “facer cousas”
Los socios de Árticos en la sede de la entidad, en la avenida de Finisterre javier alborés

“Coworking”, sinergias, TIC, “crowdfunding”... Son ya vocablos del día a día y que forman parte de un nuevo diccionario. En Arteixo, la asociación Árticos reúne todos estos conceptos y refleja el significado de cada una de esas palabras. 
Todo empezó hace un par de años, cuando por la cabeza de Carlos García comenzó a pasarse la idea de crear un espacio “asociativo” sin que hubiera una jerarquía, con una única cabeza en la cúspide de la pirámide.
El objetivo era compartir un espacio en el que trabajar o dedicarse a diferentes “hobbys” o actividades varias. De ahí, lo de “coworking”. “Comecei a mandar twitts, por se alguén en Arteixo estaba interesado”. A esta llamada vía red social respondieron tres o cuatro personas. De una primera reunión en una cafetería surgió el germen de Árticos. A los primeros “presocios” se fueron sumando por el “boca a boca”, y cómo no, por las redes sociales.
Con su sede en avenida de Finisterre número 237, la asociación evoluciona para que “sexa o que a xente quere que sexa”. A partir de ahí, según las pasiones de cada uno de los socios van surgiendo proyectos diferentes. “A filosofía é que sempre temos ganas de facer cousas”. García siente una especial predilección por la formación “non formal”, la destinada a jóvenes (o no tan jóvenes) que quieran introducirse en el mundo de la programación. Pero, reconoce que no se habría fijado en la robótica si no fuese por Carlos Miranda, otro de los socios de esta aventura.
El día 24, ofrecerán uno de estos cursos, dentro del llamado “Formación non Formal” del Ayuntamiento. Una jornada en la que los participantes “farán un robot segundo os seus gustos”. Hasta tres días antes estará abierto el plazo de matrícula, aunque, advierten de que ya se han inscrito diez personas, de las 16 plazas que ofertan. Una aproximación al mundo del “Arduino”, una plataforma de “hardware” libre que responde al principio “faino ti mesmo”. Es decir, una placa que, sumada a diferentes piezas de ferretería sirven para crear casi cualquier cosa que a uno se le pase por la imaginación.
Dos de las socias, Arantxa Fernández y Fátima Andrade-Ecommerce, se alejaron de las nuevas tecnologías de la información y comunicación para ofrecer en una ocasión un curso sobre crear un huerto en terrazas o similares. Y es que su medio para ganarse la vida es una plataforma virtual que pone en contacto productores de la agricultura ecológica de todas las comunidades autónomas con sus clientes. “Saborplace” nació porque detectaron que había “problemas en la cadena de distribución, sobre todo de los productores pequeños”, señalan.
David Mourón (diseñador), Santiago Pose (diseñador), Pedro Vale (desarrollador) o Sergio Lago (gestor cultural) también han hecho de Árticos su lugar de trabajo, además de unirse para otras actividades o proyectos que van surgiendo.

"doafund"
El elenco de socios se completa con Luis Jiménez y Fernando Sierra que han creado “Doafund”. Una empresa social que vía internet busca ayudar a las familias a punto de ser desahuciadas. Su mecanismo es el “crowdfunding”. Es decir, la gente aporta lo que puede y en el año de vida que llevan ya han ayudado a 23 familias con una recaudación total de 41.000 euros. “En estos momentos estamos ayudando a una familia de Arteixo y otra de Vigo”, aunque ayudan a familias de toda Galicia. El objetivo es pagar a estas familias “la cuota de la hipoteca durante seis meses para ganar tiempo”.
Con organizaciones como Ecos do Sur, comienza entonces una colaboración que busca que las familias puedan salir adelante. En ese tiempo en el que la solidaridad hace frente a las cuotas de la vivienda, las ONG se encargan de ayudar a las familias a encontrar trabajo y asesorarles en estas tareas. Y como de internet y nuevas tecnologías va la cosa, quien desee conocer más sobre Árticos puede entrar en http:articos.es. n 

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