El “lavado de cara” del puerto permite continuar su integración en la ciudad

A vueltas con el puerto de Betanzos. En medio del debate político por la situación de las instalaciones, en las últimas semanas comenzaron las tareas de acondicionamiento de los muelles, demandadas desde hace años por los usuarios y los vecinos del municipio, convencidos de las posibilidades que ofrece este entorno, en la desembocadura de los ríos Mandeo y Mendo.
El Ayuntamiento de Betanzos asumió en su día la conservación del entorno, y el cuidado y limpieza de áreas verdes, hace casi un decenio, en el año 2008. Pero sin recibir nada a cambio, sin ningún tipo de contrapartida por parte de Portos de Galicia, y es esto –precisamente– lo que el alcalde, el socialista José Ramón García Vázquez, ha intentado cambiar los últimos años, teniendo en cuenta que las instalaciones son propiedad de la Xunta.
El acondicionamiento del Puerto de Betanzos, donde se ubican varias empresas y existe una importante actividad comercial, y donde se levantó la sede del club de piragüismo, supuso un desembolso de más de doscientos millones de las antiguas pesetas por parte de la Xunta.
Transcurridos casi diez años, el deterioro de determinados elementos ha obligado a plantear la ejecución de una serie de tareas, que se acometen estos días y que se completarán con la sustitución del mobiliario deteriorado, el pintado de otros elementos dañados por el paso del tiempo y la acción de la meteorología, y la puesta a punto de las maderas de la balaustrada, desde las inmediaciones del paso a nivel hasta casi A Cangrexeira, y de los pantalanes, de uso diario en los meses de verano, tanto por los propietarios de las embarcaciones como por los piragüistas, que acceden a la ría a través de ellos, en las proximidades del puente del ferrocarril que une Betanzos y Ferrol. En total, más de 30.000 euros, según ha podido saber El Ideal Gallego.
El primer objetivo de las actuaciones realizadas en su día en el puerto, que facilitaron la “convivencia” de las actividades propias de los muelles con las de esparcimiento, era propiciar una integración de la ciudad en el puerto, por acercar el recinto a la urbe, por restar, en mayor o menor medida, usos portuarios a favor de una implicación ciudadana, aunque manteniendo el dominio público portuario en los muelles de Betanzos.