Carreras en taxi para practicar idiomas

Carreras en taxi para practicar idiomas
Paula Fernández Doval posa en la parada de taxis de la avenida de Finisterre javier alborés

Es la única mujer taxista en Arteixo y la segunda en la historia del municipio, después de la mítica Emilia Viñán –“A Viñana”–, pero llegó a la profesión de casualidad, con la idea de mejorar su inglés trasladando a los proveedores de Inditex.
Paula Fernández Doval, natural de Lugo, estudió Turismo y se trasladó a Inglaterra para aprender la lengua de Shakespeare trabajando en hoteles como recepcionista. En 2010 preparó las oposiciones a funcionaria de prisiones, pero no consiguió aprobarlas. No fue hasta 2012 cuando, animada por su hermano y su padre, adquirió su licencia de taxi –después de mirar en otras localidades como Sada y en el aeropuerto– en Arteixo, un municipio “con muchas posibilidades gracias a Zara”.

ayuda a extranjeros
“Al principio la idea no me gustó nada. Pero después pensé en que era una profesión perfecta para poder tratar con gente diferente todos los días y a mí me encanta hablar con todo el mundo”, cuenta Paula Fernández, que se ha especializado en clientes extranjeros por su dominio del inglés y por su amabilidad para ayudarlos con los trámites de su estadía en la ciudad. “Lo mío es una ONG sobre ruedas”, bromea.
Cuenta que no es la primera vez que algún inmigrante instalado en Arteixo le pide ayuda para solicitar su permiso de residencia o para realizar procedimientos burocráticos. “Soy muy extrovertida y eso también ayuda a conseguir una cartera de clientes, porque Arteixo no es un municipio con mucha actividad fuera de los que están relacionados con el polígono de Sabón. Aquí hay que buscarse la vida y yo exploto el tema del inglés”, apunta la conductora del taxi número 18, quien reconoce que fue muy bien acogida en la parada y que ser mujer no le ha supuesto ningún inconveniente para realizar su trabajo, más allá de algún cliente que le ha aparecido en el coche con un ramo de flores.
“Como mucho, algún señor que al principio se sorprende de verme al volante pero, pasado un rato, me suelta que conduzco muy bien”, apunta sonriente la joven lucense en su Skoda.
Aunque entró en la profesión con dudas, ahora no cambiaría el taxi por nada. “Aprendes muchísimo, especialmente de los extranjeros, conoces otras culturas y es enriquecedor. Esto es como una universidad”, indica la taxista.
Así, Paula Fernández cogió el testigo de Emilia Viñán, apodada “A Viñana”, una mujer emprendedora y de carácter de Loureda que en los años 60 se convirtió en una de las primeras mujeres taxistas de Galicia y en la primera –y única hasta que apareció Paula– del municipio arteixán.

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