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sábado | 20 abril | 2024
El Ayuntamiento de Betanzos confirmó que las obras para frenar el deterioro del lavadero de As Cascas han entrado en su última fase y que, después de sanear todos aquellos elementos que presentaban algún daño, se procederá a la sustitución del tejado de uralita por una cubierta de cinc recuperando así la techumbre original del edificio, construido en 1902 por encargo de Juan María y Jesús García Naveira.
En los últimos meses también se realizaron diversos arreglos estructurales de piezas de hormigón y madera, y se retiró parte del cableado en desuso, pero la idea de la Administración municipal pasa por dar continuidad a las obras incorporando al proyecto nuevas actuaciones que, “por las limitaciones presupuestarias, no estaban contempladas en los trabajos que van a finalizar estos días”, apuntan fuentes del Ayuntamiento de Betanzos.
En este sentido, tal y como adelantó hace varias semanas El Ideal Gallego, el alcalde de la ciudad, Ramón García Vázquez, ha mantenido diversas reuniones buscando financiación, tanto pública como privada, “que van por buen camino”, dice, “aunque, en estos momentos, todavía no hay nada cerrado”, pues el objetivo es ampliar la dotación presupuestaria y completar la rehabilitación del lavadero de As Cascas.
Objetivos
García Vázquez explicó que la intención del gobierno local para este año era avanzar en dos proyectos: el lavadero público y el palco de la música, y que “por fin, después “de muchas gestiones, se verán notablemente mejorados durante este año”, resumió el alcalde de Betanzos.
Así, el mandatario local reiteró que después de alcanzar u acuerdo con la Diputación de A Coruña para financiar con más de 100.000 euros el acondicionamiento del palco de la música y, por tanto, poder recuperarlo en su integridad, ahora “debemos avanzar en el lavadero y aprovechar esta primera fase de mejora que vamos a concluir estos días para que tenga una continuidad y afrontar aquellos aspectos que por las limitaciones presupuestarias no pudimos acometer”, para la recuperación definitiva de una construcción considerada, por usos y arquitectura, “una pieza única en España”.
A estas alturas, nadie duda de que ni la capital brigantina sería la misma sin la obra de los Hermanos García Naveira ni los betanceiros podrían defender uno de los índices de alfabetización más elevados de España. Juan y Jesús se adelantaron a los tiempos y dirigieron todos sus esfuerzos a generar empleo y extender la educación y los servicios de asistencia a todas las capas sociales de esta zona de As Mariñas.
En la construcción del lavadero de As Cascas conjugaron ambos factores: por un lado, la ejecución del proyecto ocupó a las decenas de obreros que, por entonces, estaban sin trabajo, y por otro, la actuación supuso habilitar un espacio donde lavar y secar la ropa a disposición de cualquier vecino del municipio, independientemente de su situación económica o familiar, un servicio básico en la Galicia de principios del siglo XX.
