Reportaje | ‘Ramón Tiramillas’ o la nueva gran vía peatonal en Os Mallos

Reportaje | ‘Ramón Tiramillas’ o la nueva gran vía peatonal en Os Mallos
El nuevo aspecto de la calle de Ramón de Cabanillas, que reabrió en la mañana de ayer | Quintana

La estampa típicamente primaveral que dejó la tarde de ayer en Os Mallos podría calificarse del ‘milagro de los bancos y los árboles’, más apropiado que nunca en plena Semana Santa: decenas de mayores aprovechando los tímidos rayos de sol, descansando sobre un banco y viendo el latir de una zona que gana vida a medida que la humanización reivindica precisamente eso, la prioridad de las personas sobre el tráfico rodado. Es la nueva realidad, impensable hasta hace no mucho, que deja la apertura de la calle de Ramón Cabanillas, el tramo que une la calle de San Vicente y la avenida de Os Mallos. 


A primera hora de la mañana los vecinos empezaron a reconquistar lo que era una vía más de tránsito para automóviles. Comprobar el nuevo aspecto merece la pena en un caminar que, a paso ágil, no exige más de dos o tres minutos de punta a punta. Sin embargo, sería injusto no detenerse en todos los matices que de repente afloran sobre la calle de Ramón Cabanillas: un pavimento renovado dentro de una vía reconfigurada y, sobre todo, múltiples áreas de descanso en el camino, con tamaños diferentes entre sí y  también con la madera como material predominante para el asiento.


Se afanaban los operarios a primera en descubrir la nueva red de colectores de basura y papeleras, además de dar los últimos retoques a una vegetación que deja un total de 21 nuevos árboles. El mejor aliado posible para acompañar y buscar una sombra en cualquiera de los 36 bancos. 


No sólo la luz natural será optimizada para el día a día de los vecinos, sino que el sistema artificial ha sido modernizado: las luminarias antiguas dan paso a una nueva iluminación LED. 


La nueva vida de la calle de Ramón Cabanillas provoca sensaciones diversas entre los primeros viandantes. “No me gusta”, dice tajante una vecina apurada. Sin embargo, entre los comerciantes la sensación de oportunidad es unánime. “Si antes pasaban por aquí 100 personas al día ahora habrá, como mínimo, 300; esto va a ser muy positivo para el comercio”, advierte Kiko, de Coffee Pan. Por su parte, Juan de la floristería O Camiño también se muestra encantado, pero pide vigilancia ante posibles violaciones de la zona peatonal por parte de los vehículos.


Incluso aquellos que se reconocen satisfechos se abstienen de opinar, dicen, por represalias de los vecinos descontentos o los que todavía se muestran contrarios a este tipo de actuaciones. Y es que, más que nunca, aún queda mucho camino por andar. 
 

Reportaje | ‘Ramón Tiramillas’ o la nueva gran vía peatonal en Os Mallos

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