Reportaje | Los plateros en La Coruña

Reportaje | Los plateros en La Coruña

En 1693 se registra la solicitud nombrando un contraste de platero en la Coruña. Donde dice: Los plateros de martillo, vecinos de esta ciudad, abajo firmantes. Su señoría a servido nombrar por contraste en oficio de platería a Benito Touceta, mozo libre, soltero, el cual no puede usar ni ejercer tal oficio... Siendo elegido para realizar tal cometido Miguel López de Peón. Librándose en 1715 una Real orden sobre contrastes y plateros, para no usar el oficio, sin haberse examinado en el Real Consejo de esta ciudad. Debido que en muchos lugares no se marcan las piezas, y en otros ejercen el oficio solo con nombramiento de las ciudades o congregación de plateros, sin estar examinados por el Ensayador Mayor, ni aprobados por el Consejo. Nadie marque oro y plata, sin ser nombrado, examinado y aprobado por el Real Consejo.

 

Pena de falsario

En la Real Orden se indica: En todos nuestros reinos, los plateros lleven plata para marcar de ley, de once dineros y cuatro gramos, el que no lo hiciese, incurra en pena de falsario y pague la plata con las setenas y que el platero que labre la plata sea obligado a tener una señal conocida, para contenerla bajo el marco de la ciudad ó lugar donde se labrase la plata. Que dicho platero notifique esta señal ante el escribano del Consejo, para que se sepa que labra dicha plata, si alguno lo hiciese de menor ley, incurra en dicha pena y si otro platero viniese a labrar plata a la ciudad, villa ó lugar, que sea obligado de ir a mostrarla ante escribano de Consejo, la señal y marco que quiere hacer con aquella misma plata que labrase, si lo contrario hiciese, que incurra en las penas que usan las pesas falsas.


Esta Real orden no surtió todo el efecto deseado, aunque en principio se acogiese con precaución por parte de los plateros que labraban la plata en sus talleres ó casas. El 5 de julio de 1726, se abre un expediente sobre el cumplimiento del peso de monedas de oro y plata, según lo ordenado por Domingo López Cerdido, escribano de asiento y del Gobierno, expidiendo un mandato para cumplir y observar los reales decretos del aumento de valor de las monedas de oro y plata.


El 5 de enero de 1737 se libra un auto para pasar el reconocimiento de plata y oro, peso y marco, conforme a los Reales decretos, la visita queda a cargo de Miguel Paz Soto, regidor de Ayuntamiento perpetuo más antiguo de la Coruña, como tal, administra la justicia ordinaria y su jurisdicción en ausencia del alcalde mayor. Lo hará con Francisco Antonio Ferbenzas, contraste y marcador de plata y oro. La visita se llevó a cabo sobre las tiendas de platería propiedad de Nicolás Osorio, Nicolás Varela, Julián González, tienda de Franco, de Ibarra, Manuel Puga, Manuel González, Juan de Queijas, Manuel Taboada, José Díaz y Bartolomé Canzobre, las cuales eran las platerías existentes en la Coruña, las cuales tenían en orden balanzas y marcos, no habían hecho pieza alguna, salvo Nicolás Varela y Julián González, que fueron multados con dos ducados cada uno, por hacer unas piezas y no llevarlas al contraste, mientras que las tiendas de Díaz y Canzobre, se hallaban cerradas.


Pese a las advertencias y obligaciones, parecía discurrir por el mismo camino de la pasividad que envolvía la profesión de no llevar dichas piezas al contraste para ver su peso y calidad, esto lleva en 1759 al maestro platero y contraste de la ciudad a denunciar el continuado incumplimiento de lo establecido para el ejercicio de dicho oficio, el cual recaía en Francisco Xavier Vaamonde, quien acusaba a José Posse Riobó, Juan de Serantes, Ignacio Po y otros, que por extranjeros no son sus apellidos, pasaron a abrir sus tiendas sin preceder el requerimiento necesario de pedir licencia de la M. N. y L. Ciudad, hacer una pieza regulada a satisfacción de uno de los señores regidores, con asistencia y examen del referido contraste, llevar la marca al secretario de Ayuntamiento. Y marcarla encima de un bocado de plomo, hacer la jura según todo lo referido se ejecuta en la villa de Madrid, ciudad de Salamanca, Barcelona y en la de Santiago de este Reino. Lo que se saca es que, haciéndolo sin permiso, y estos requisitos, pasan a abrir tiendas de plateros, sujetos que no son medianos aprendices, solo con el fin de faltar a la obligación de marcar la plata y oro, por no concurrir con los elementos servidos a dicha marca.


Lo planteado por este platero, tiene efecto en posteriores decisiones que se irán tomando. Así el 18 de septiembre de 1764, en una visita de rigor, estaban Domingo Porrúa, con tienda en la Pescadería, este no se encontraba bajo el arreglo de la ley y le son retiradas 52,5 onzas, incluso el papel de botones, dos pastillas de hebillas de acero y depositadas como garantía. A Francisco Méndez, se  hace reconocimiento del marco, balanzas y plata, lo mismo a Domingo Rodríguez Vidal, al que se halló trabajando en la tienda de Antonio Serantes, también platero, a quien se le retiraron las pesas para su arreglo, al no estar en orden las cortas y largas, luego fue el turno de Juan Casimiesci, José Ugema, comerciante y del marco y balanzas de Julián Gómez, platero que adquirió dicho contraste, aunque se hallaba la platería y marcos, arreglada por ley. 
 

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