Reportaje | Un Penique de Plata para la versión coruñesa de Temple Bar

Reportaje | Un Penique de Plata para la versión coruñesa de Temple Bar
La familia del Penique, durante la celebración de las Bodas de Plata del local | Quintana

El éxito de los locales de hostelería está cada vez más vinculado con la venta de una experiencia o un concepto único, en ocasiones hasta una naturalidad excesivamente forzada. Casi en las antípodas está el enfoque que ha llevado al Penique, sito en la cuesta de la Unión, a sus Bodas de Plata convertido en referencia para muchos coruñeses: la complejidad de hacer fácil lo difícil. 


Dice el eslogan de la ciudad escocesa que “la gente hace Glasgow”. Podría adaptar la sentencia para su local el propietario del Penique, Charly Estévez. Y no solamente por las reminiscencias a un pub británico o el culto a la música de las islas, sino que como justificación podría presentar la estampa que dejaron los 300 invitados a su celebración de aniversario en el establecimiento primero y en la sala Mardi Gras después.  “El secreto es la paciencia, la constancia y el buen rollo; no pasarnos nunca”, apunta el hostelero.


Una Tardis a la carta 
El escapar de disfraces o modas en su programación y ser pretendidamente sencillo en su planteamiento no quiere decir que el Penique no tenga una personalidad que sobresale por encima de la mayoría de sus competidores. Se define tanto en el logotipo como en su toldo en forma de “irish tavern”, y lo cierto es que podría tomarse la Tardis (la legendaria cabina de la serie Doctor Who) e instalar el local en medio de la dublinesa Temple Bar.


Espacio libre de reggaeton, la montaña de discos de vinilo y el techo de cascos de botellas de cerveza de todo el mundo no esconden secreto alguno sobre el contenido. Y menos aún cuando se acaricia al perro de Charly y éste responde al nombre de Rod Stewart. 


Pero ninguna de las virtudes que se dejan entrever en los primeros pasos tendrían sentido alguno sin la prueba del algodón: no solamente la calidad, sino también la variedad de la oferta cervecera. Todo un factor diferencial entre entre el local al uso más hispano y la más arraigada tradición de la pub culture. “Decía Michael Jackson, The beer hunter o El cazador de cervezas, que cuando entres en un bar no pidas una cerveza, sino que la elijas”, indica el responsable del Penique. “Hay que educar un poco a la gente en ese sentido”, añade Estévez, que llegó a ofrecer 170 referencias internacionales.


Programación popular 
Si bien es fácil explicar el concepto del Penique, definir su target o la clientela habitual resulta mucho más complicado. A lo largo de este cuarto de siglo ha sido capaz de fidelizar a un grupo de cardiólogos del Chuac, que incluso tocaron con su banda en la fiesta de aniversario, o a lo más acérrimo de la grada de animación de Riazor. De hecho, es peña deportivista y marcadamente lendoirista. El expresidente mandó sus propias felicitaciones de aniversario.


Solo con esa mezcla se puede explicar que el mismo local se llene ceremonialmente para una Superbowl con fiesta americana, celebre el San Patricio más famoso de la ciudad o haga procesiones por el funeral del desaparecido futbolista George Best. 

Reportaje | Un Penique de Plata para la versión coruñesa de Temple Bar

Te puede interesar