La okupación pasa a ser el principal problema de seguridad ciudadana

El ocio nocturno ha dejado de ser la mayor preocupación que denuncian los vecinos a las autoridades
La okupación pasa a ser el principal problema de seguridad ciudadana
Agentes de la Policía Nacional y Local, durante la protesta vecinal contra un narcopiso en febrero | Pedro Puig

En los últimos años, incluso antes de la irrupción del covid, el panorama de la seguridad ciudadana en A Coruña ha cambiado de forma notable. Al margen de las estadísticas que la pasada semana presentó el Ministerio del Interior, la principal fuente de incidencias ha dejado de ser el ocio nocturno para centrarse en los problemas derivados de la okupación por parte de individuos marginales. En los últimos tres años, este ha sido uno de los temas más importantes que se han tratado en las reuniones entre los responsables de la Policía Nacional, Local y Guardia Civil.  


En efecto: desde incluso antes de que se instalaran cámaras en el cruce de la calle Socorro con Sol, este lugar había dejado de ser el epicentro del ocio nocturno en la ciudad. “Actualmente seguimos teniendo intervenciones– señalan fuentes policiales–. Pero  ya no es como antes”. Esto es debido a un cambio de hábitos nocturnos, y a la concentración de la movida en el puerto, donde hay más personal de seguridad. 
Quitando intervenciones menores, como infracciones por parte de los locales de los horarios de ocio nocturno (de las que se encarga la Policía Local), los que generan ruidos u orinan o de incidentes relacionados con el orden público, así como redadas de drogas (que sobre todo realiza la Policía Nacional). 

 

La calma nocturna de la ciudad no está motivada por la presencia policial, sino por el cierre de algunos locales emblemáticos por reiteradas infracciones a la normativa. Estos lugares atraían una gran cantidad de público, lo que ha provocado el descenso de clientes en las calles y, por tanto, las quejas vecinales. Estas mismas quejas que muchas veces condicionan las directrices que reciben los agentes de Policía se centran ahora en los okupas. 
 

Aunque algunos problemas asociados a los okupas, como el tráfico de drogas, no son en realidad más que una minoría, la reacción vecinal, que no ha hecho más que incrementarse en los últimos años, con caceroladas y otras protestas, ha obligado a las autoridades ha incrementar de igual manera sus patrullas. Pero advierten que la solución al problema de la okupación, como de los incidentes del ocio nocturno, no puede ser policial.

La okupación pasa a ser el principal problema de seguridad ciudadana

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