Os Mallos ‘se blinda’ ante la okupación: crece el interés por cerraduras de seguridad

“Son mucho más difíciles de abrir y hay mucha demanda de ellas”, señala el propietario de As Zocas
Os Mallos ‘se blinda’ ante la okupación: crece el interés por cerraduras de seguridad
Alberto Espinosa, propietario de As Zocas, en Oidor Gregorio Tovar, número 6 | Quintana

El barrio de Os Mallos ha sufrido en los últimos años numerosos episodios relacionados con la okupación de viviendas o bajos comerciales. A día de hoy la situación ha dejado de ser alarmante, según relatan los propios vecinos, pero la preocupación se ha instalado en la mente de los residentes, por lo que en los últimos meses ha aumentado el interés por asegurar sus viviendas a toda costa. 


En Oidor Gregorio Tovar se encuentra As Zocas, un establecimiento dedicado a la reparación de calzado y servicio de cerrajería, entre otros. En el exterior del local, un cartel anuncia algo poco habitual: cerraduras antiokupas. “Son mucho más difíciles de abrir y hay mucha demanda de ellas”, señala el propietario del comercio, Alberto Espinosa, quien explica que, si una cerradura normal ronda los 60 o 70 euros, estas ascienden, como mínimo, hasta los 150. “Son de alta seguridad y hay mucha preocupación en el barrio porque hubo una temporada en la que cada vez había más okupaciones”, explica.


Para ofrecer una ‘solución’ a este problema, Espinosa decidió poner el cartel, que pronto despertó el interés de la gente de Os Mallos. “Viene sobre todo gente de la zona, aunque últimamente está habiendo más okupaciones de bajos, donde no es tan fácil como cambiar la cerradura, ya que pueden romper los escaparates, por ejemplo. En los pisos, sin embargo, hay mucha demanda de estas cerraduras”, añade el propietario de As Zocas.

 

Incidentes

Precisamente, a finales de febrero los vecinos de este barrio denunciaron nuevos intentos de allanamiento en locales o edificios abandonados. El último incidente visible se dio en un inmueble conocido por todos los vecinos, el número 28 de la calle Asturias, en la esquina con la calle Noia. El 3 de diciembre de 2021, este edificio, por aquel entonces okupado, sufrió un incendio en la quinta planta, tan solo unos días después de que el tercer piso se viese afectado por otro fuego. Semanas después, el portal y las ventanas del primer piso fueron tapiadas, pero en febrero la puerta del bajo comercial que se ubica en este bloque apareció reventada. 


Este barrio ha vivido varios episodios en los que un simple local abandonado se ha convertido en el epicentro de toda clase de molestias o incluso de delitos, como una antigua sede bancaria en Diego Delicado en 2021, el cierre de un local de oficio en Francisco Catoira, después de una pelea de okupas o una panadería en Mariana Pineda. 


El pasado noviembre, el número 20 de la calle río Traba suscitó alarma entre los vecinos por un caso de, presuntamente, okupación. De momento, tal y como añadió hace semanas Pili Neira, de la Plataforma Veciñal Os Mallos, se trata de casos aislados y la tranquilidad prevalece en la zona. 

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