Tradicionalmente, uno de los principales problemas de Galicia ha sido la dispersión poblacional, que supone un desafío a la hora de ofrecer una buena cobertura de servicios públicos. Gran parte de la población gallega viven en pequeños núcleos rurales, pero la excepción es A Coruña, que es la ciudad con mayor densidad de población en toda Galicia. Unas 244.700 personas residen en unos 37,8 kilómetros cuadrados. Eso arroja el resultado de 6.317 personas por kilómetro cuadrado. Todo un logro, aunque no siempre convivan en armonía.
Comparado con A Coruña, Vigo ofrece mucho más espacio a sus residentes, 109,1 kilómetros cuadrados, por lo que su densidad es mucho menor a pesar de su mayor población: son 2.623 personas las que comparten cada kilómetro cuadrado de la ciudad olívica. El resto de las ciudades, de orden de mayor a menos población, son Ourense (1.204), Ferrol (769), Pontevedra (685), Santiago (451) y Lugo (291).
De todos los barrios de A Coruña, los que mayor densidad de población tienen son Juan Flórez, Os Mallos y Agra do Orzán. En realidad, A Coruña es una de las ciudades con mayor densidad de población del mundo, así que las últimas cifras publicadas por el Instituto Galego de Estadística no son ninguna sorpresa. Es esta característica, la densidad de población, la baza con la que juega la Concejalía de Movilidad a la hora de fomentar el transporte público pero el problema es que los desplazamientos diarios engloban a toda el área metropolitana.
En cuanto a qué sexo predomina en A Coruña, se puede decir que el masculino está en ligera desventaja: en 2022 se contabilizaron 86,17 varones por cada cien mujeres. Es un resultado un poco menor que la media gallega, que es de 93,24, pero hay que tener en cuenta que en el campo en el índice de masculinidad, como se denomina a este parámetro, es siempre más alto que en las ciudades, por la naturaleza del trabajo rural.
Sobre la edad media de los coruñeses, esta es cada vez más alta cada año que pasa. En diez años, de 2012 a 2022, ha aumentado en tres años, hasta llegar a los 47,08. Hay que decir que la edad media es más alta en las mujeres, que disfrutan de una mayor esperanza de vida. Son 49,04 años para ellas y 44,82 para ellos.
La razón de que la edad media sea cada vez mayor es, claro está, que cada año nacen menos coruñeses. La tasa bruta de natalidad (el número de nacimientos de una población por cada mil habitantes en un año) no ha dejado de caer en los últimos tiempos. En 2011 era de 8,49, y en 2021 era de 6,12. Claro que en otras ciudades, como Vigo, es aún más baja (en 2021 era de 5,83) pero sigue siendo parte del problema demográfico que afronta la comunidad gallega. Lo que no ha variado apenas es la edad media a la que las coruñesas deciden asumir el reto de la maternidad: en torno a los 33 años, como todas las gallegas.
Sobre cuántos hijos tiene de media una coruñesa, la cifra es uno o dos o, expresado de una forma más correcta estadísticamente, 1,04. Una gran parte de estos nacimientos se produce fuera del matrimonio, un 45,,94%, aunque en este caso la tendencia ha sido creciente, parece haberse estancado después de haber llegado a su máximo, 46,24%, en 2020.
Muchos de estos nacimientos son de niños, de hecho, en el Materno, o en los dos hospitales privados Belén o Quirón nacen más niños que niñas, aunque la proporción está bastante mediada: 102 niños por cada cien niñas, y varía ligeramente según el año. Otro dato interesante es el índice de dependencia juvenil (menores con respeto a la población en edad de trabajar), que cada vez es más bajo. Un 19,46 por cada cien.
Nada parece indicar que se haya producido ningún cambio en una tendencia que A Coruña lleva arrastrando años. En una comunidad envejecida, A Coruña lo es más densamente. l