12º-16º
miércoles | 22 mayo | 2024
Estrella Galicia destapó la chapa cuando lanzó la serie de 110 etiquetas creadas por distintos artistas por su 110 aniversario y ahora no hay quien pare el burbujeo del coleccionismo en A Coruña. La marca fetiche de muchos coruñeses –de la mayoría para matar la sed o socializar– fue el núcleo alrededor del que surgió ayer un encuentro de amantes de los objetos con alma en la calle Real.
Varias personas acudieron curiosas, o verdaderamente ávidas de conseguir dos o tres etiquetas de la cerveza para completar su colección, a la llamada de un grupo que montó una quedada en las Galerías Centro Real. Ayer por la tarde no se trataba de cazar pokémon sino de hacerse con las obras de arte en miniatura de virtuosos del lápiz como Mariscal, Ajubel, Xulia Vicente, Ulf K, Sagar Forniés o el ilustrador coruñés Carlos Arrojo.
Así, como quien no quiere la cosa, en pleno verano surgió la antigua negociación de patio de colegio del “sipi, nopi” y, si acaso, algún “repe”.
Los que de verdad vibran con todo lo que rodea al buque insignia de Hijos de Rivera buscaron en su baúl de los recuerdos para recuperar “vasos muy antiguos, botellas que ni siquiera tendrá la empresa” y demás.
Uno de los organizadores del evento, Diego García, explicó que hasta 25 coleccionistas formaron parte de la reunión y que “con la colección de etiquetas se fue animando mucha más gente”. Por eso les parece fantástico que Estrella Galicia vaya a tener una tienda de merchandising (ahora en pruebas junto a la cervecería de Cuatro Caminos) en su futuro museo de A Grela.
“Cuánto más se abra esto mucho mejor porque nosotros estamos pensando en crear una asociación de coleccionismo en genérico, de lo que sea”, avanzó García, que echa en falta una cultura como la de las grandes urbes en las que captadores internacionales andan a la caza de lo raro.
De la cerveza gallega destaca que “la página de coleccionistas de Facebook es una de las que tiene más fans a nivel mundial”. Cuenta con unos 4.600 y anda que no hacen falta tercios como los que regaló la compañía... pero, eso sí, con etiqueta.
